EDITORIAL- 2° PROGRAMA DE «CRECE DESDE EL PIE»

El lunes 18 de marzo se abre nuevamente la paritaria docente universitaria. Esta vez para continuar discutiendo el cierre del acuerdo salarial 2018 firmado por CONADU y otras federaciones gremiales docentes con el Estado Nacional. Acuerdo, que el gobierno viene incumpliendo al aplicar de manera unilateral aumentos por debajo de la inflación oficial. Lo que se espera es poder revertir la pérdida salarial que sufrimos los trabajadores y las trabajadoras durante todo el año pasado como consecuencia de las políticas neoliberales impuestas por la alianza Cambiemos.

En este contexto de crisis económica que atraviesa el país, los acuerdos a los que llegamos los sindicatos con las patronales suelen resultar insatisfactorios. Las críticas estallan. Y es entendible: en la Argentina actual, a los y las laburantes nos cuesta mucho llegar a fin de mes ¿Pero se imaginan por un segundo lo que pasaría si esa instancia de negociación colectiva, la paritaria, no existiera?

Les cuento: dejaríamos a libre voluntad del mercado de trabajo las pautas salariales y las condiciones laborales de los trabajadores. Es decir que seríamos más vulnerables, estaríamos más indefensos y sólo contaríamos con las medidas de fuerza para reclamar lo que nos corresponde. Entre los años 90’ y el 2000, con una economía en recesión y sin la existencia de paritarias, en Argentina el sueldo docente casi no se actualizó. El resultado fue una medida de fuerza que duró casi 3 años: estamos hablando de la histórica Carpa Blanca.

La paritaria permite que las partes desiguales que componen la relación laboral discutan y negocien como iguales, basándose en un compromiso de buena fe. Es por esto que los sindicatos, más que ningún otro actor, debemos respetar, cuidar y fortalecer esta instancia.

Quienes creemos en los procesos de entendimiento y mediación, en las herramientas de negociación colectiva y en el respeto a la ley estamos dispuestos a acordar y, obviamente, a exigir el cumplimiento de los acuerdos suscriptos. Si las patronales firman y no cumplen, son las únicas responsables de violar:

1) los derechos de trabajadores y trabajadoras,
2) de violentar el principio paritario de buena fe,
3) de deprimir el poder de compra del salario
4) y de fomentar la precarización laboral.

La paritaria es el lugar más democrático para el trabajador y la trabajadora. Es nuestra voz frente al poder. Es sentarnos ante la patronal y decirle de frente: queremos salarios justos y condiciones laborales dignas para todos los trabajadores y para todas las trabajadoras de nuestro país.

Defender la paritaria es defender nuestras conquistas históricas y reivindicar la capacidad colectiva para consagrar nuevos derechos.